martes, 10 de marzo de 2009

Humanidad

Fotografía: Chema Madoz

La Humanidad me rebosa las manos; me oprime el pecho y la boca con su boca, salta conmigo en los talones. Me grita desde la garganta para que no me duerma, para que no la deje escapar sin morderla, sin arrancarle la piel para sorber hasta la última gota de lo que pueda usar. A veces me desnudo estrepitosamente de ella, y la dejo esperando en el suelo hasta que sacio mi apetito. Luego la recojo algo avergonzada y le sacudo las migajas de galleta.
La Humanidad me rebosa las manos; pero pertenezco a esta mezcla de carne y pisotones que derrama Humanidad con los ojos vendados, sin dolor. La derraman apenas después de lamerla, sin probar bocado; virgen y sin usar como nunca quisiera encontrarme. La dejan morir por las aceras, retorciéndose y brillando en su agonía, mordiéndose los labios con la resignación del célibe.
No la matéis virgen.
Usadla, Humanos.

1 comentario:

Salva Tamayo dijo...

Textos como éste me recuerdan por qué estoy enamorado de ti. Eres taaan humana.
Te quiero.