miércoles, 21 de enero de 2009

Alicia en el País de las Maravillas

Había sacado un gran reloj del bolsillo y lo miraba inquieto, sacudiéndolo a veces y llevándoselo al oído otras.
Alicia lo pensó un poco antes de contestar:
- Estamos a cuatro.
- ¡Pues se ha atrasado dos días!- suspiró el Sombrerero- ¡Ya te dije que con mantequilla no se arreglaba!- añadió, mirando a la Liebre.
- ¡Y eso que era de la mejor calidad!- dijo la Liebre, muy compungida.
- Claro, pero con la mantequilla se habrán colado algunas migas- gruñó el Sombrerero-; no deberías haber untado el reloj con el cuchillo del pan.
La Liebre Marcera tomó el reloj, lo examinó con grave preocupación, y lo hundió pesarosa en su taza de té; después lo examinó de nuevo, pero no se le ocurrió nada mejor que repetir lo que ya había dicho antes:
- ¡Era mantequilla de la mejor calidad!



Fotografía: Rocío Vera Martín

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