jueves, 22 de enero de 2009


Te escribo desde la herida, bombeándote aún con fuerza de ventrículo.
Despreciándonos desde las entrañas, porque no sabemos más que palpitar,
aprendernos el ritmo, sorbernos el aliento en la boca entreabierta. Sin mirarnos, con los ojos y las pestañas colgados del cuello.
Pero ahora y como siempre,
nos miro,
y aliento sin boca,
y herida entreabierta bombeándote sin compasión.

2 comentarios:

Salva Tamayo dijo...

7 *
Mayo
Sudor
Maga
Playa
Sexo
Vida
Arte

Elka dijo...

Me encanta como escribes